Ortodoncia con dientes de leche. ¿Por qué?
Es la pregunta más frecuente de las madres, si mi hijo tiene dientes de leche, ¿ahora se puede poner aparato? La respuesta lógica, es que como ortodoncistas empezamos la ortodoncia, según las necesidades de cada niño, la edad o si tiene dientes de leche o no, no es el criterio de decisión.
Un ejemplo típico podría ser un niño que muerde torcido y esto se aprecia ya con 4 o 5 años. Tendrá todos los dientes de leche en boca, pero eso no es lo importante en este momento, sino ver si los huesos, el paladar y la mandíbula están creciendo de manera correcta. Si un niño, muerde torcido, eso se debe a que el paladar es pequeño en relación a su mandíbula, y aunque el niño vaya a seguir creciendo, también lo hará su mandíbula, así que con el paso de los años la mordida torcida o cruzada seguirá presente. El problema radica en que si le dejas con la mandíbula torcida por la mordida cruzada puedes estar dejando pasar por alto una asimetría ósea que tenga mala solución en el futuro.
Por eso cuidar los dientes de leche es tan importante, y la función de una buena Odontopediatra, asegurará que esos dientes lleguen al recambio dentario sin caries.
Los dientes de leche se empiezan a cambiar a los 6 o 7 años, pero las muelas de leche tienen que estar en boca hasta los 11 o 12 años, por eso hay que arreglar cuantas caries tengan, ya que se podrían perder de forma prematura y eso originar alteraciones en la posición de los dientes vecinos o los que están por erupcionar. Por todo ello no es tan raro ver niños con 9 años con brackets en los 4 dientes delanteros, porque lo que estamos haciendo es colocarlos correctamente para que así sirvan de guía al resto de la boca. Esta decisión de cuando poner el aparato será del ortodoncista, y el podrá, junto con los padres, decidir cuando es el mejor momento para empezar el tratamiento.
Como resumen se podría decir que generalmente de los 6 a los 9 años, en una ortodoncia precoz se solucionan problemas de huesos,( paladar estrecho, pacientes que muerden al revés, que sacan mucho la mandíbula o pacientes que se les sale mucho los incisivos superiores), apiñamientos graves que afecten a los dientes delanteros, problemas de hábitos nocivos, (respiración oral, uso del chupete o dedo prolongado más allá de los 2-3 años, tragar con la lengua entre los diente que origina una mordida abierta…) en fin, que cada situación es única y que lo mejor es que un especialista en ortodoncia pueda orientar como es mejor proceder.